El político yucateco Raúl Paz Alonzo lleva 22 años sangrando el erario, en un principio gracias a su familia política pero luego gracias a las relaciones políticas que logró tejer.

La carrera política de Paz inició cuando se casó con Cecilia Patrón Laviada, a principios de los dos miles, cuando Patricio Patrón era gobernador de Yucatán. Para evitar el nepotismo, Paz nunca trabajó en la administración estatal, pero para su suerte el PAN gobernaba a nivel federal donde estuvo 12 años, o sea, durante las administraciones de Vicente Fox y Felipe Calderón.

En dos sexenios federales Paz cobró como jefe de Planeación y Evaluación de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes; subdelegado de Prestaciones del ISSSTE, y gerente del Programa de Abasto Social de LICONSA, todo en Yucatán.

Astutamente, en el 2012, cuando se dio cuenta que el PAN iba a perder la Presidencia de la República buscó una diputación federal, misma que ganó.

Esa ha sido la única vez que Pacito ha ganado un cargo público en las urnas: la diputación federal por el cuarto distrito, misma que entregó al PRI tres años después.

En el 2015 consiguió que el Comité estatal de Acción Nacional le regalara una diputación local plurinominal y a los pocos meses se convirtió en presidente del citado comité.

Es decir, del 2015 al 2018 Raúl Paz fue legislador local y coordinador de la bancada blanquiazul, así como dirigente del Comité estatal.

Luego, moviendo sus amistades con la cúpula blanquiazul a nivel federal, logró ser candidato a senador, cargo que perdió en las urnas, pero de todas formas entró al Congreso de la Unión por el principio de primera minoría.

Hace exactamente un año se “coox viró” a Morena, sin embargo, dejó al interior del PAN a varios incondicionales, como su suplente, Rodolfo González Crespo, el regidor Ramón May Euán, sus compadres Nora Pérez Pech y Víctor Merari Sánchez Roca, entre muchos otros en puestos estratégicos.