Hoy un reducido grupo de personas se plantó frente a la Clínica de Servicios Humanitarios en Salud Sexual y Reproductivos para rezar, en el marco de la campaña denominada “40 días por la vida”, convocada por asociaciones religiosas.
En esta clínica se prestan servicios integrales en materia sexual y reproductiva, razón por la cual estas personas fueron literalmente a rezar; varios testigos nos informan que los manifestantes grababan a las personas que entraban a este hospital, lo cual representa un claro acto intimidatorio.
Sobre este tema entrevistamos a la Lic. Amelia Ojeda Sosa, coordinadora jurídica de la asociación civil Unasse, quien señaló que si bien es cierto que este plantón está enmarcado en la libertad de expresion y culto, también es cierto que afecta los derechos de terceras personas, porque los que participan lo hacen para intimidar, estigmatizar, obstaculizar el acceso a servicios de salud.
Manifestó que quienes intervienen en la campaña “40 días por la vida” exponen un mensaje de odio, señalando que las interrupciones del embarazo que se realizan en la citada clínica son asesinatos, pese a que existe en el marco jurídico las denominaciones correctas para este término con sus respectivas causales.
Expuso que estas manifestaciones atentan contra los derechos humanos, y que hasta ahora no se ha visto la intervención de las autoridades encargadas de dejar en claro que Yucatán y todo México es un estado laido y que ninguna religión tiene porque imponer sus creencias a los demás.
Al notarse la falta de intervención del estado entonces se llega a la conclusión que estas manifestaciones de odio tienen el permiso del gobierno para seguir intimidando, estigmatizando y obstaculizando los servicios de salud a los ciudadanos.
La Lic. Ojeda Ojeda Sosa agregó que se presentó una solicitud a la Codhey para que se dicten medidas precautorias. También se presentó la solicitud de intervención a la Secretaria General de Gobierno esperando tomen cartas en el asunto lo más pronto posible.
La entrevistada recordó que las personas que participan en la citada campaña pueden rezar en su casa, en sus centros de culto, pero al hacerlo de la manera en la que lo hacen hoy demuestran que solo están generando odio.
Si tanto les preocupa la vida que recen frente a todos los hospitales pidiendo por la calidad de atención de los pacientes.
Sin embargo, la actitud intimidatoria es visible cuando observamos que con una cámara graban a las personas que entran a la mencionada clínica.