El diputado priista Gaspar Quintal Parra, quien aspira a ser presidente del Comité estatal del PRI Yucatán, le apuesta al olvido de la gente.
A lo largo de más de 20 años que lleva viviendo del erario ha sido un efectivo operador político de Ivonne Ortega, Angélica Araujo Lara y Rolando Zapata Bello.
Vale la pena recordar que esta es la segunda vez que el priista Quintal Parra es legislador estatal, las dos veces por la vía plurinominal, lo que significa que jamás ha ganado una elección.
Del 2007 al 2010 fue diputado estatal donde obedecía fielmente a quien era su verdadera patrona, Ivonne Ortega Pacheco, quien fue gobernadora de Yucatán.
En ese entonces, Quintal Parra operó la primera de las muchas megadeudas que contrató la entonces gobernadora Ivonne Ortega.
Si algún diputado de oposición se atrevía a criticar a la señora se atenía a las consecuencias. En otras palabras, Gaspar Quintal era el chalán de Ortega Pacheco, ella decía “rana” y él brincaba.
Ahora el coordinador de mini bancada priista en el Congreso del Estado ya olvidó su pasado, no sabe quién es Ivonne. En el 2010, cuando el PRI recuperó el Ayuntamiento de Mérida, Gaspar Quintal fue designado en un principio director de gobernación y al final de esa administración alcanzó su sueño de ser oficial mayor, cargo con el que estaba obsesionado.
La presidenta municipal en esos tiempos era la tristemente célebre Angélica Araujo Lara, y para no perder la costumbre también solicitó un millonario préstamo, mismo que heredó a la siguiente administración. Mucha gente considera que Gaspar Quintal fue el operador de lo que ocurrió en la glorieta.
Del 2012 al 2018 fue uno de los hombres más cercanos de Rolando Zapata Bello en su fallido gobierno. Ahora, Quintal Parra reza para que nadie se acuerde de estos “detalles” y pueda ungirse dirigente local del PRI.