Celia Rivas se sigue victimizando, se siente mártir
Celia Rivas continúa víctimizándose, pero hay que recordarle que cuando fue fiscal general nunca ayudó a Emma Gabriela Molina (QEPD) y su madre Ligia Canto, quienes fueron perseguidas; tampoco investigó el fraude que sufrieron los abuelitos a manos de Crecicuentas, y mucho menos le dio curso a las denuncias en contra de Angélica Araujo
Fuente: REDACCION

Hasta el día de hoy Celia Rivas Rodríguez no perdona que el PRI no la haya postulado como candidata a senadora, ya que de haberlo hecho ahora estaría ocupando una curul en la Cámara Alta, con un sueldo que ronda los 200 mil pesos mensuales.

Aunque ya pasó un año que el Partido Revolucionario Institucional decidió prescindir de Celia Rivas por carecer de capital político, hasta el día de hoy ella se sigue considerando una “víctima”, ya que dice que fue “excluida”.

En entrevistas para diferentes medios de comunicación, Celia Rivas continúa señalando que ella es la “víctima” y que fue sufrió “misoginia”, lo cual es absurdo porque el 50 % de los candidatos del PRI (y de todos los partidos políticos) fueron mujeres.

Según nos informan, está muy molesta con la dirigencia estatal del PRI por haber puesto como compañera de fórmula de Jorge Carlos Ramírez Marín a Verónica Camino, ya que hoy ambos son senadores.

Aunque sigue quejándose del PRI hay que recordarle a Celia Rivas que gracias a ese partido político estuvo cobrando 20 años en cargos públicos, siendo los más recientes cuando fue titular de la Prodemefa (del 2007 al 2012), cuando fue Fiscal General del Estado (del 2012 al 2015) y cuando fue presidenta del Congreso del Estado (del 2015 al 2018).

Por si no fuera suficiente el PRI también le dio trabajo a su marido, Fernando Cervera Pardenilla; de manera tal que son un matrimonio muy afortunado pues siempre han tenido muy buenos puestos con sueldazos que jamás tendrían en la iniciativa privada.

Y si de víctimas hablamos vamos a recordar a las verdaderas víctimas de esta señora: Emma Gabriela Molina Canto, a quien nunca ayudó a recuperar a sus hijos, y nunca le brindó apoyo, a pesar que había sido perseguida y amenazada.

Como todos sabemos, Emma fue ejecutada, ya que el anterior gobierno no movió un dedo por ella, a pesar que todos sabían el peligró que corría.

Lo mismo podemos decir de la mamá de Emma Gabriela, la señora Ligia Canto Lugo, quien estando en Yucatán fue capturada por la Policía de Jalisco y enviada a una prisión de máxima seguridad en ese estado.

En ambos casos Celia Rivas era fiscal general del estado y siempre se justificó diciendo que no podía hacer nada y dejó en la indefensión a un par de mujeres.

No olvidemos que encerró dos años a un psiquiátra, a quien ella acusó de ser el responsable del asesinato de otro médico; al final, la justicia federal exhibió a Celia Rivas al decir que había sido encerrado injustamente y le otorgó la libertad inmediata.

Y si a esas vamos, tampoco investigó las múltiples denuncias en contra de Angélica Araujo, presentadas en el 2012 por Renán Barrera Concha cuando gobernó Mérida por primera vez.

Y no nos olvidemos que nunca investigó el caso de Crecicuentas, pues a lo largo de tres años “toreó” a las abuelitas víctimas del fraude de Crecicuentas, que hasta el día de hoy buscan justicia.

Como diputada presidenta del Congreso del Estado intentó a toda costa frenar el crecimiento de Uber, al crear la "ley AntiUber", mandó a la congeladora muchas iniciativas de la oposición, jamás regresó al distrito que ganó (el 07) y nunca recibió a los liderazgos y vecinos de esa demarcación. Fue una legisladora lejana con la gente, pero cercana a los intereses de los poderosos. 

¿Y así se atreve a decir esta señora que es “víctima” de misoginia cuando ella misma no cumplió con las obligaciones que el pueblo le encomendó? Víctima es el pueblo yucateco de tener a gente como ella.