Hoy se cumplen ocho años de la brutal golpiza ejecutada en el cruzamiento de Circuito Colonias con Prolongación Montejo, cuando un grupo de ciudadanos protestaban pacíficamente contra la construcción del paso deprimido, capricho de la entonces alcaldesa priista de Mérida, Angélica Araujo Lara.
El famoso “Calín” fue quien se encargó de golpear a mucha gente que ejercía su derecho a protestar; pero no fue el único golpeador, ya que muchos pelafustanes más agredieron a los meridanos que se oponían a la construcción del paso a desnivel.
Recordemos que desde que Angélica Araujo propuso al Cabildo de Mérida -a principios del 2011- la construcción de esta controvertida obra muchísima gente (en especial los vecinos del rumbo) rechazaron la propuesta ya que la consideraban totalmente innecesaria.
Asociaciones civiles, vecinos, empresarios de la zona externaron a la edil su total oposición al denominado paso deprimido, pero ella los ignoró, y el 04 de julio de ese año Próser, la constructora favorita del PRI, cerró el cruzamiento de Circuito Colonias con Prolongación Montejo para comenzar la obra.
Los vecinos se oposieron y como respuesta “alguien” les mandó a unos pelafustanes para que los golpeen; durante horas decenas de maleantes (hombres y mujeres) agredieron físicamente a la gente que se oponía a esta obra.
Muchas personas y medios de comunicación responsabilizaron a la entonces presidenta municipal Angélica Araujo Lara de estos hechos; ella nunca aceptó ni negó su responsabilidad, así que el calla otorga.
Eso le costó a Angie la candidatura del PRI a la gubernatura; sin embargo, es necesario recordar que la entonces gobernadora Ivonne Ortega Pacheco le regaló una senaduría a su comadre, es decir, el primer lugar de la candidatura al Senado, lo que significaba que aún perdiendo Araujo tenía asegurada su curul en la Cámara Alta, lo que al final sucedió.
Eso le permitió a Angélica cobrar 200 mil pesos mensuales a lo largo de seis años; además de que al contar con fuero no podía ser investigada ni procesada legalmente.
Tampoco debemos olvidar que el 04 de julio del 2011 ningún policía impidió la golpiza, por el contrario, solo se limitaron a ver; tampoco ninguna cámara de vigilancia grabó algo, porque casualmente ese día “estaban fallando”.
Y por si no fuera suficiente, ningún agresor pisó la cárcel, ya que se dio carpetazo al caso y nadie fue investigado ni sancionado al respecto.
Eran tiempos en los que PRI hacía y deshacía a su antojo. Por cierto, el paso deprimido lejos de optimizar el tránsito en la zona solo lo entorpeció; se tiraron millones de pesos de los impuestos de los meridanos en una obra que no sirve para nada.