Conservar su registro es el único objetivo del PRI Yucatán, pues la situación adversa que vive no le permite aspirar a más.

El control del Congreso del Estado prácticamente ya lo perdieron, pues no existen las condiciones para que los priistas ganen la mayoría de los distritos, posiblemente ganen dos o tres demarcaciones cuando mucho.

Por esa razón muchísimos viejos lobos de mar del tricolor se están matando por las diputaciones plurinominales, porque saben que pueden entrar dos o hasta tres de la lista.

La bancanda del PRI en el Congreso del Estado está destinada a convertirse en una minoría, y muy débil por cierto, resultado de los excesos de la actual legislatura que mostró la realidad de la clase política.

También se vislumbra muy difícil que el tricolor recuperé los municipios que fueron sus bastiones, como Valladolid y Progreso. De hecho, los ditrigentes están conscientes que no ganarán la mayoría de los municipios de Yucatán.

Esta muy mala racha los priistas la vivieron del 2001 al 2007, cuando no gobernaban ni la ciudad, ni el estado y mucho menos el país.

Ahora están igual o peor, porque la gran mayoría de sus militantes, lideres y figuras ya se fueron a otros partidos políticos.