Rommel Pacheco y Kathia Bolio, ejemplos de oportunismo político
Ni por error se les ve en su estado natal
Fuente: REDACCION

Los diputados federales del PAN Rommel Pacheco y Kathia Bolio son sinónimo de oportunismo político, el cual sobresalió este mes de junio, pues no tienen empacho en decir que “apoyan a la comunidad LGBT” pero en la práctica no han movido un dedo por ningún mexicano.

En el caso de Rommel Pacheco, nunca regresó a su distrito (el tercero federal con cabecera en Mérida, Yucatán), se la pasa asistiendo a programas de televisión para que lo alaben, ya que el ex deportista yucateco disfruta escuchar que lo halaguen.

Jamás camina en su distrito, no se reúne con líderes del PAN en las colonias, no gestiona nada, ni por error se le ha visto en las comisarías que comprende su demarcación.

Es más fácil verlo en un programa de Televisa o Tv Azteca que verlo en el distrito que lo convirtió en legislador federal. Tal parece que no le gusta caminar en zonas pobres, él prefiere el oropel de la farándula mexicana y de los influencers.

Su desempeño como diputado federal ha sido mediocre, pues no ha presentado ninguna iniciativa que trascienda. Al legislador yucateco solo le interesa promocionar su libro (el cual no ha tenido buenas ventas) y promocionar las marcas que lo patrocinan.

De hecho, ni siquiera era panista, a lo largo de más de una década fue simpatizante del PRI, recibió muchísimo apoyo de los entonces gobernadores Ivonne Ortega y Rolando Zapata, y del entonces presidente Enrique Peña Nieto.

Un día cualquiera se convirtió en “panista”, casualmente cuando el PAN recuperó el poder en Yucatán. 

En el caso de Kathia Bolio podemos decir que ha sido diputada plurinominal en tres ocasiones consecutivas, por la misma razón, no tiene compromiso con ningún yucateco porque ningún ciudadano la eligió; Kathia Bolio es resultado de los acuerdos en la cúpula nacional del PAN.

Los yucatecos jamás la ven en ningún municipio, colonia o comisaría; ella se mueve únicamente en los restaurantes más prestigiados de la Ciudad de México.

Tanto Rommel como Kathia Bolio (ambos yucatecos) son un ejemplo de lo que no se debe de hacer.