En un escenario político marcado por los desafíos internos, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se encuentra en el centro de la atención. La coordinadora de los comités de defensa de la Cuarta Transformación, Claudia Sheinbaum, responde a la reciente decisión de Marcelo Ebrard de permanecer en el partido, estableciendo claramente que Morena es una sola fuerza, un único movimiento que representa "los anhelos del pueblo de México".
En una transmisión por Facebook, Sheinbaum anticipa su registro como precandidata presidencial, destacando la importancia de la unidad en Morena. Asegura que después de la elección presidencial, el movimiento entra en una etapa de reflexión, pero enfatiza la necesidad de avanzar con innovación, "honestidad y amor al pueblo".
Sheinbaum, al referirse a la declaración de Ebrard sobre reconocerse como segunda fuerza, reitera que Morena no admite corrientes internas. Destaca que la filiación es individual y directa, y se prohíben las divisiones que puedan dañar la unidad del partido. La Comisión Nacional de Honestidad y Justicia entregó a Ebrard una carta que reflexiona sobre lo que es y debe ser Morena, subrayando la importancia de evitar prácticas del pasado, como la compra de voluntades y alianzas con grupos criminales.
Por su parte, Mario Delgado, presidente de Morena, celebra la decisión de Ebrard de quedarse en el movimiento, destacando que el liderazgo lo tiene Sheinbaum. Enfatiza que están para apoyarla y niega la posibilidad de corrientes internas que podrían destruir el movimiento. La conferencia semanal de Delgado se ve eclipsada por la decisión de Ebrard, quien insiste en ser reconocido como la segunda fuerza.
En un encuentro digital, Sheinbaum rechaza la idea de segundas fuerzas y subraya que ejerce la coordinación democráticamente, sin autoritarismo. La unidad y evitar la ruptura, aprendiendo de las experiencias del PRD, son elementos clave en su discurso.
En una negociación que llevó dos meses, Ebrard pacta continuar en Morena a cambio de candidaturas y espacios de colaboración en la campaña de Sheinbaum y en la dirigencia nacional. Aunque afirma representar la segunda fuerza, Sheinbaum insiste en que no hay divisiones internas; todos deben avanzar con el mismo objetivo.
El acuerdo incluye el reconocimiento de irregularidades en el proceso interno, pero Ebrard aclara que no responsabiliza a Sheinbaum por estas. Sheinbaum celebra la permanencia de Ebrard y reitera la unidad de Morena como un solo movimiento.