No cabe duda que Jorge Carlos Ramírez Marín no da paso sin huarache. Lo decimos porqué su cambio del PRI al Partido Verde no fue para apoyar a la 4T, sino porque ya había amarrado la senaduría, es decir, se reeligirá por seis años más.
Hace un par de meses, cuando Ramírez Marín anunció que traicionaba al PRI para unirse al PVEM dijo que quería apoyar a Huacho Díaz Mena, que quería que en Yucatán llegara la Cuarta Transformación, y mucho rollo para quedar bien con los morenistas.
La realidad es que afilió al Verde porqué quería la senaduría a la que tiene derecho ese partido seudo ecologista. En otras palabras, llegó al PVEM con la mesa ya puesta, pues en cinco años jamás hizo nada por ese instituto político ni por la 4T.
Dicho de otra manera, el gordito Marín se sirvió con la cuchara grande pues no tenía ningún mérito dentro de la alianza Morena-Verde-PT, y aún así le regalaron la senaduría, menospreciando (como siempre) a los miembros fundadores tanto del Verde como de Morena.
Según nuestras fuentes, esa senaduría ya la tenía amarrada Mauricio Sahuí Rivero, quien lleva varios años operando políticamente en el Partido Verde, sin embargo, de última hora Ramírez Marín se apoderó de la posición.
Como se sabe, Ramírez Marín y Sahuí llevan una rivalidad de muchos años, desde que estaban en el PRI. Ahora la enemistad se traslada a la 4T.
Por si no fuera suficiente, el hijo del gordito Marín es suplente de Pablo Gamboa Miner, por lo que cuando el hijo de Emilio Gamboa Miner pida licencia para buscar un nuevo cargo de elección popular, será el hijo de Ramírez Marín quien se convierta en diputado federal.