La muerte de Daniel Bisogno el 20 de febrero dejó consternados a sus seres queridos y seguidores. El conductor de Ventaneando, de 51 años, falleció tras complicaciones derivadas de un trasplante de hígado realizado en septiembre. Durante sus últimos días, la familia experimentó momentos de esperanza, ya que parecía haber una mejoría en su estado de salud gracias a un cambio en su tratamiento. Sin embargo, la situación dio un giro drástico cuando la infección en su hígado se extendió a otros órganos.
Su hermano, Alex Bisogno, compartió que Daniel no sabía que su salud estaba desahuciada, pues los médicos decidieron no informarle para evitar angustiarlo. A pesar de los esfuerzos médicos, la bacteria que afectaba su hígado no cedió y, en cuestión de días, su salud empeoró rápidamente. Alex relató que, aunque estuvo consciente hasta el último momento, Daniel no comprendió lo que sucedía a su alrededor. En sus últimas horas, la familia aprovechó para expresarle su amor y despedirse.
La muerte de Daniel ocurrió cuatro días antes del aniversario de la muerte de su madre y una semana antes del cumpleaños de su hija, Michaela, lo que profundizó el dolor de la familia. En medio de su dolor, decidieron no realizar un funeral público, buscando proteger su bienestar de las reacciones mediáticas que su deceso había provocado.
Así, con un panorama cambiante y lleno de incertidumbre, Daniel Bisogno se despidió sin saber que su salud estaba comprometida, dejando atrás una huella imborrable en la televisión mexicana.